Se convocan mareas blancas, los usuarios elevan reclamaciones, se oyen protestas de los sindicatos, todos los días se leen noticias sobre deficiencias del sistema sanitario público, se remiten cartas por parte de asociaciones comunitarias y profesionales a los responsables de la gestión sanitaria pero la respuesta que se recibe es el silencio, la ausencia y la inacción. Sabemos que esta reacción es la esperable de la ideología liberal de los partidos políticos gobernantes en nuestra Comunidad autónoma para vender la privatización del sistema como solución (a imitación de otros países como el Reino Unido, cuyos nefastos resultados ya estamos viendo) y abandonar un modelo de calidad que fue alabado universalmente.
Su no-actuación es una decisión meditada y acorde con sus objetivos, pero lo que no es tan coherente ni lógico es la relativamente escasa reacción de la población para defender sus derechos. La mayor parte de los movimientos y reivindicaciones parten de los propios profesionales sanitarios y los llamamientos a la comunidad tienen una participación ciudadana (y además con un predominio de asistentes de edad mediana y avanzad) que se podía decir escasa si la relacionamos con la magnitud del problema.
Es realmente sorprendente y terrible que la mayor parte de la población, y sobre todo los jóvenes, se mantenga pasiva e ignorante de la situación actual (listas de espera, programas de prevención demorados, carencia de profesionales…), del futuro que le espera y de cómo va a afectar a su salud y a su economía. ¿Hay alguna explicación a este fenómeno?, ¿pereza?, ¿pesimismo?, ¿desconocimiento?.
Y, sobre todo, ¿hay alguna solución?.
Esperanza González Marín