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Para apearse de su fijación privatizadora, ¿cuántos casos concretos, necesitan nuestros dirigentes políticos, de pacientes que previo paso por «la privada» han tenido que acabar en la Sanidad Pública? Bien por la inexistencia en dicha «privada» de costosos recursos necesarios para su curación, o por tener necesidad

dicho paciente, de que le sea aplicado un tratamiento largo en el tiempo, lo cual, lo haría poco rentable como cliente, o de igual modo, porque la capacidad económica de dicho paciente, no pueda hacer frente al coste del tratamiento, en una palabra, paciente no rentable.

Porque la rentabilidad del cliente/paciente, no nos engañemos, es lo único que mueve, los intereses de la privada. La sordera de nuestros responsables políticos, sólo se explica porque quieran favorecer con un buen negocio a alguna empresa particular, o, porque en su filosofía, lo importante es la existencia de «los ricos». Deben estar satisfechos con los últimos datos de la medida de pobreza y desigualdad en nuestro país y por ello, parece que quieren contribuir con sus recortes y programas a incrementarlos. Parecen tener claro aquello de: «el que algo quiere….¡¡ que se lo gane!! Aún cuando ese algo, sea la salud ¿Qué valor tiene un pueblo empobrecido o enfermo, carente de bienestar o salud?

En nuestro terreno de la Sanidad Pública la general oposición de los profesionales a la privatización se basa en sólidas y fundadas razones. Se sabe, que el objetivo en el ámbito privado es la maximización de los beneficios empresariales, lo que deja en segundo plano el objetivo social. Se condena así a la Sanidad Pública a un cambio radical en su naturaleza más definidora, la de ser UNIVERSAL Y GRATUITA. Estudios concienzudos y fiables muestran que nunca es justificable poner en manos de empresas privadas parcelas de la Sanidad Pública, la nuestra en particular, la avala el respaldo internacional por su buen funcionamiento, posicionándola entre las diez mejores del mundo. ¿A qué espejismo de ahorro nos quieren someter?

Clara Argüello. El Adelanto 24 Marzo 2013

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