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En estos días es noticia en todos los medios que, de un total de 2.445 plazas ofertadas para todas las especialidades MIR, no han sido seleccionadas 202 de Medicina de Familia y Comunitaria (MFyC). Es, sin embargo, y con gran diferencia, la especialidad que más plazas oferta, seguida muy de lejos por Pediatría, con 501, y Medicina Interna, con 413 plazas.

Algunos datos importantes: ya el primer día de adjudicación se eligieron 7 plazas de MFyC . El día en que se agotaron las 103 plazas de endocrinología ya eran 406 los estudiantes que habían seleccionado MFyC . Cuando reumatología adjudicó sus 82 plazas, ya eran 406 los futuros médicos de familia, y ese número se incrementó hasta 637 cuando neumología agotó las 157 plazas que ofertaba.

No cabe una lectura optimista de la noticia, pero tampoco pesimista, pues 2.203 médicos van a iniciar su formación MIR en MFyC, quizá alguno más en los próximos días. Nuestro objetivo: que las primeras plazas MIR escogidas en el futuro sean todas las de medicina familiar y comunitaria.

Se preguntarán de dónde procede mi optimismo. Para explicarlo, aquí tengo otros datos extraídos de publicaciones científicas: tener el mismo médico de familia durante 15 años disminuye entre un 25% y un 30% la probabilidad de acudir a urgencias, ingresar en un hospital y morir; las mujeres cuyo embarazo fue atendido en Atención Primaria mostraron más satisfacción por la atención recibida que las atendidas en hospital, valoraron la proximidad y accesibilidad y los embarazos tuvieron muy buena evolución.; los médicos de familia tienen la capacidad de llevar a cabo cuidados paliativos de forma individualizada desde el momento del diagnóstico de una enfermedad crónica o incurable, logrando una transición gradual de la terapia curativa a la paliativa; cuando a la gente se le pregunta por su médico, siempre habla de su médico de familia, de cabecera; los usuarios españoles están bastante satisfechos de su relación con su médico de cabecera, especialmente los pacientes de más edad y aquellos que viven en el medio rural.

Estas razones bastarían para convencer a muchos médicos de escoger medicina de familia como forma ideal de desarrollar su oficio, incluso para que fuera la primera especialidad en agotarse en la selección de MIR.

Entonces, se preguntará el lector, ¿por qué no es así?, ¿por qué quedan plazas sin cubrir? Con toda seguridad, debido a la situación del sistema de salud en este momento.  Ser médico de familia no es una tarea relajada. El tiempo es el valor más escaso, se requiere un alto grado de compromiso y dedicación.

Tal vez en estos años los médicos de familia no hemos sabido desarrollar nuestras funciones y consolidarlas. Nos hemos ido adaptando a las dificultades que se presentaban para ser el médico de familia que la población necesitaba, quería y esperaba. Lo hemos hecho mientras hemos podido.

La Administración ha ido deteriorando el escenario en el que se desarrolla la actividad sanitaria, en particular, la Atención Primaria. Implementando monstruosamente la burocracia, la jerarquización en la toma de decisiones, frente a la participación de profesionales y ciudadanos. A día de hoy, un médico de familia es un profesional que, a fuerza de ser cargado de tareas burocráticas inútiles, está desincentivado, estresado, sin tiempo para ejercer sus verdaderas funciones:cuidar, escuchar, aconsejar, coordinar las actividades de sus pacientes en el sistema sanitario, seguir embarazos normales, niños sanos, varones de riesgo o poco frecuentadores, ancianos… la atención en el final de la vida.

Cuando llevar a cabo adecuadamente el trabajo que amas es una tarea imposible, no puedes atender a la gente como te lo exige tu vocación, tu corazón ni la ciencia. Entonces te invade la melancolía y, si eres joven, estás a tiempo y eres médico, eliges otra especialidad.

Pero cabe otro análisis ilusionante. Lo explicaba una médica andaluza que se estrenará en los próximos días en la especialidad de medicina de familia. Ella sabe que se precisa un cambio, que así no puede seguir el sistema sanitario público. Y ese cambio va a tener lugar más pronto que tarde. Ella quiere vivirlo, estar presente, participar en él.

¿Han escuchado ustedes a mi compañera andaluza, gestores del sistema público sanitario español? ¿La han escuchado?… Pues a trabajar, sin olvidar nunca que el sistema público de salud español no es un negocio. Es un SERVICIO PÚBLICO de todos y para todos.

Emilio Ramos.

Publicado en Salud a Diario

 

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