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Me asalta la certeza de que todo sigue igual y que semana a semana venimos desgranando la misma letanía.
Que nuestra sociedad se ha acomodado a la rutina. No nos escandalizan los muchos muertos de las guerras que sigue habiendo. Ni los muertos que se cobra la carretera. Ni los tres muertos diarios en accidente laboral. Nos hemos adaptado a las tragedias cotidianas.
Y nos ocurre igual con el sistema sanitario público deficiente. A veces suenan algunas voces; pero se ahogan con el murmullo que dice que nuestro sistema sanitario es de los mejores del mundo. Y se lanzan ofertas maravillosas, que tanto prometen acabar con las listas de espera como dentista gratuito.
La cruda realidad es que nuestra sanidad pública, tras muchos años de financiación insuficiente, ya no es de las mejores del mundo. Los usuarios están mal informados. Las listas de espera son cada vez mas largas (fallan los políticos, que no saben ver lo que miran, o no saben sumar la espera de la primera cita, la de las pruebas y la de acceso al quirófano). Los dentistas no son gratuitos. Y un montón de servicios sanitarios no tienen cobertura en la sanidad pública, o es escasa, deficiente y tardía. Desaparece una niña en el sur de Portugal y los medios de comunicación le dedican más atención que a los miles de muertos de hambre, de guerra, de tráfico o de explotación laboral. Luego, las encuestas de opinión revelan que los principales problemas son los nacionalismos, los terrorismos y la inseguridad ciudadana. Nunca figuran los accidentes de trafico, ni los laborales; y la sanidad, muy pocas veces.
Quizás debe ser así: magnificar las pequeñas desgracias para ocultar los grandes problemas. Si los medios de comunicación dedicaran a analizar el funcionamiento de la sanidad española la décima parte del tiempo que están dedicando a analizar el funcionamiento del sistema policial portugués a lo mejor nos dábamos cuenta de que tenemos un problema. Pero, mientras al sistema sanitario no se le atragante una magdalena, la vida sigue igual. O peor.

Ildefonso Esteban.

Publicado en «El Adelanto» 6 Octubre 2007

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