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Taller: Atención humanizada al final de la vida: una mirada ética

CASO CLÍNICO I.-

 Ana, de 82 años, ingresa en el hospital con un diagnostico de anemia y trombopenia de origen auto-inmune. Tras permanecer ingresada durante 14 días recibe el alta hospitalaria junto con una cita para revisión en consultas externas de Hematológica 6 días más tarde

Hasta el momento del ingreso, Ana vivía sola y mantenía una buena red de relaciones sociales y familiares, realizaba ABVD, con capacidad para planificar y tomar decisiones. Ella tiene la experiencia de haber sido cuidadora principal de su marido fallecido hace dos años, tras 12 años de demencia tipo Alzheimer.

Tras este ingreso, se traslada al domicilio de su hija, a pesar de haber expresado previamente su deseo de continuar viviendo sola y mantener su calidad de vida.

Ana, tiene 3 hijas, dos de ellas viven fuera y la pequeña vive en la misma ciudad y es la que acompaña a las consultas y con la que se va a vivir. Las relaciones familiares las define como buenas y la larga enfermedad de su marido les había permitido hablar de como desearía que fuera el final de su vida, por tanto las hijas son conocedoras de atasehir escort los deseos de su madre

El día de la revisión, ante un empeoramiento de la situación de Ana, el equipo de hematología decide que debe ser ingresada de nuevo.

Durante este segundo ingreso, Ana tiene la oportunidad de expresar a su médico el deseo de aceptar tratamiento con el objetivo de que el resultado le permita vivir con calidad. Al segundo día tiene un episodio de angustia que requiere de atención médica, cuestionando seguir con su tratamiento, se supera, con un abordaje aclaratorio de su situación recuperando la tranquilidad. Tres días más tarde se aprecia kagithane escort un deterioro importante y se produce otro episodio similar al anterior, a las dos de la mañana, motivo por el cual es llamado el médico de guardia. La paciente insiste en que no puede más y que no quiere el tratamiento porque siente que se está muriendo. El medico de guardia le realiza la siguiente pregunta ¿quién crees que manda en el hospital? Contestando la paciente que no tiene ninguna duda de que en el hospital mandan los médicos, pero en mi vida mando yo.

El médico le realiza dos preguntas más ¿Qué quieres, que te pongamos un veneno para que te mueras? ¿Dónde vas a ir, si no te puedes mover de la cama?

La paciente guarda silencio, igualmente la hija que le acompañaba en ese momento Por la mañana, la hija habla con su médico y se inicia la sedación. Ana fallece 10 horas después.

Taller: Atención humanizada al final de la vida: una mirada ética

Caso Clínico II

 

Juan tiene 65 años, fue diagnosticado hace un año de una neoplasia pulmonar y metástasis hepáticas, tras ser informado del diagnostico y las opciones terapéuticas, se decidió Madult.net iniciar tratamiento con quimioterapia, que se suspendió tras 3 ciclos ante la evidencia de progresión con metástasis cerebrales a raíz de una crisis convulsiva. Desde hace 3 meses se hace seguimiento domiciliario con su medico general. En las dos últimas semanas no ha podido salir de casa por incremento de la astenia y dolor.

Emocionalmente refiere sentirse tenso y algo más irritable que lo atribuye a la pérdida de autonomía y tener que estar en cama todo el día, refiere apatía y algo desanimado pero niega pensamientos persistentes de muerte o ideas suicidas. Comenta que su vida ha perdido sentido que espera morirse y que por eso no quiere ir al hospital. Se manifiesta como agnóstico.

Desde el punto de vista familiar, Juan es viudo y vive solo en su casa, dispone de ayuda a domicilio para asistencia personal, ir a la farmacia, tareas domesticas. Además cuenta con una hermana que le visita todos los días. Tiene un hijo que vive fuera y aunque le llama con frecuencia, le resulta imposible trasladarse para cuidarle

Juan recibe la visita de su médico a quien le expresa de manera firme y reiterada su deseo de no ingresar en el hospital. El médico reajusta el tratamiento farmacológico de Juan, confirma la continuidad del apoyo familiar y social y acuerda con el paciente mantener los cuidados en el domicilio mientras sea posible

EL hijo de Juan tras hablar con su padre por teléfono valora que necesita ingresar en un hospital y decide llamar al Emergencias y organiza el traslado.

 

Taller: Atención humanizada al final de la vida: una mirada ética

Caso clínico III

 

María tiene 87 años y padece un deterioro cognitivo severo originado por una demencia vascular, de 5 años de evolución. Entre sus 46 y 56 años, María cuidó de sus padres ancianos. Hasta el inicio del proceso de deterioro María vivía sola, muy activa participaba en actividades sociales y culturales.

En este momento, María vive en una residencia asistida y sus familiares más próximos son sus sobrinos. Uno de estos sobrinos, Juan, la visita con cierta frecuencia y la acompaña cuando requiere ingreso hospitalario.

En el momento de nuestro conocimiento del caso, María está encamada y con una espasticidad general tal que se mantiene siempre en posición fetal. Es dependiente para las ABVD

Hace 8 meses, cuando aún hacía vida cama-sillón, María sufrió una caída que le ocasionó una fractura de la cadera izquierda que precisó intervención quirúrgica para su reparación. Durante dicho ingreso hospitalario, el equipo asistencial que la atendió indicó la colocación de una sonda nasogástrica ante la negativa de la paciente a ser alimentada. El día del alta hospitalaria, María continúa con la sonda por lo que vuelve a la residencia con ella.

Durante estos últimos 8 meses, María se ha arrancado la sonda unas 12 veces. Cada vez que se le coloca una nueva, muestra inquietud y agitación. Durante el fin de semana y coincidiendo con la visita de los sobrinos, María se quita de nuevo la sonda. Cuando la enfermera se dispone a colocar una nueva, se encuentra con la disparidad de opinión entre los sobrinos, mientras que unos creen que no se le debería poner de nuevo porque «no sirve para nada, y se le está haciendo sufrir», otros opinan que sí se le debe volver a colocar «ya que si no se le pone, no se le alimenta y es como dejarla morir»

Ante esta situación de opiniones diferentes la enfermera comenta el caso al médico de la residencia para que tome una decisión.

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