Asociación para la defensa de la sanidad pública

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Vaya por delante mi opinión favorable sobre la sensatez del consejero de sanidad de CyL Antonio Saez. Ello no impide valorar que pertenece a un gobierno que lleva entre sus intereses no confesados la desamortización sanitaria y el reparto de la única gran tarta que le queda a este país, la sanitaria. Quede clara también la crítica a los liberados sindicales que, sin participación, acaparan las negociaciones y reuniones informativas y a los que solo vemos cuando se aproximan huelgas o elecciones.

Por supuesto que la sanidad necesita reformas, pero hasta hace poco no parecía estar en el origen de la crisis económica y los culpables se encontraban entre los especuladores, los grandes banqueros y la burbuja inmobiliaria. Nuestra excelente sanidad cuesta por persona menos que la media de la OCDE.

Van a aprovechar la disculpa de la crisis para cercenar el derecho a la salud. ¿no hay otras formas más adecuadas para disminuir el déficit público? Han optado porque paguen los de siempre, penalizando al pensionista, al enfermo crónico; aumentando el coste sanitario para los de siempre, los que declaran la renta del trabajo y financian el desequilibrio del gasto; frente a la economía sumergida y los amnistiados evasores de capital.

¿No sería más justo gestionar la calidad, revisar la utilidad de muchas medicaciones, pruebas o burocracias, el exceso de administrativos y directivos en proyectos inútiles, el cometido de algunos profesionales, el dimensionamiento del trabajo, la autogestión de centros y servicios con presupuesto acorde a las necesidades, la supresión de los vinos de honor, premios y encargos a auditoras privadas…?. Existe una clara desproporción y desigualdad entre objetivos, trabajo e ingresos.

Se nos desprecia para facilitar el acoso gubernamental y los recortes, que no van por el buen camino, y que no se aplican prioritariamente a la reducción de gastos innecesarios, a la economía sumergida o a la utilización del sector público por parte del ejercicio privado.

Maximiliano Diego. El Adelanto 22 de abril de 2012

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