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En ocasiones resulta difícil distinguir entre asistencia sanitaria y asistencia social. En muchas ocasiones los déficit de la asistencia social los termina asumiendo la asistencia sanitaria. En España disponemos del que posiblemente sea el mejor sistema sanitario del mundo mientras que la asistencia social está poco desarrollada.
Cuando lo que debería ser atendido a través de una red de asistencia social termina siendo atendido por la asistencia sanitaria los costes aumentan. Una cama en un hospital de agudos cuesta más que en uno de crónicos, una de crónicos cuesta más que una en una residencia asistida o que atender a esa persona en su propio domicilio.
La actual situación de crisis económica es vista por muchos como una oportunidad para adelgazar el estado del bienestar, y la asistencia sanitaria y social son una parte importante del mismo que corre el riesgo de ver como la tijera recorta sus presupuestos.
El sistema sanitario español es muy eficiente: con un porcentaje del producto interior bruto muy inferior al de la mayoría de los países de nuestro entorno ofrece una asistencia sanitaria universal de máxima calidad y, aunque pueda mejorar aún más su eficiencia, se encuentra al límite del estrangulamiento. Disminuir sus presupuestos supone poner en riesgo su propia existencia. La asistencia social, que apenas ha comenzado a desarrollarse con la Ley de Dependencia, no debería ser objeto tampoco del recortes presupuestarios, ya que ello significa transferir costes al sistema sanitario público y contribuir a su deterioro.
En tiempos de crisis deberían adoptarse soluciones más lógicas para disminuir el déficit público que recortar los gastos sanitarios y sociales. Cuando una parte muy importante de la población se encuentra en situación próxima a la pobreza y a la exclusión social, disminuir la asistencia pública no solo no contribuirá a disminuir el déficit público, cuyas causas son otras, sino que aumentará la exclusión social y posiblemente el riesgo de conflictos sociales.

Miguel Barrueco. El Adelanto 20 Agosto 2011

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