Asociación para la defensa de la sanidad pública

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Asumamos que los gestores sanitarios no solo se preocupan de su imagen ante sus superiores políticos y que intentan realmente motivar y animar (ya no incentivar) la participación de los trabajadores en la consecución de sus objetivos; aunque éstos no siempre tengan como destino final una mejor atención y calidad de la atención al paciente. El hecho cierto es que en el hospital se respira un ambiente de desánimo y abandono importantes; se objetiva un grave déficit de mantenimiento en todos los campos. Se ha hecho viejo, y sobre todo comparado con los 4 nuevos de León, Valladolid, Burgos o Zamora. Tenemos goteras encima de las mesas, de ordenadores o del instrumental médico; calefacción y aire acondicionado en pésimo estado. Se recorta por todas partes y no solo en puestos de trabajo o en plazas vacantes o en las nóminas (la extra de navidad es anecdótica respecto a otro tipo de módulos abolidos). Algunos equipos no se reponen ni se presupuestan nuevas prestaciones, salvo cuestiones muy puntuales, etc, etc,…

Es evidente que esta grave crisis económica no ha sido causada por el déficit sanitario que en su TOTALIDAD es bastante menor que la deuda de UNO SOLO de los bancos desencadenantes de la misma (p.ej. Bankia); pero no es menos cierto que la sanidad se puede gestionar mucho mejor y reducir significativamente su déficit.

Una vez más se están tomando decisiones políticas de forma aturullada y sin contar con la opinión del indudable generador del gasto, el médico.

Esta crisis es más aguda en nuestra querida y cada vez más empobrecida y descapitalizada Salamanca y en su Hospital que día a día se deteriora en estructura y equipamiento con evidente contraste respecto a los citados del entorno. Solo pedimos a las autoridades regionales el mismo trato inversor y de desarrollo especializado que a Valladolid.

El fracaso y engaño que ha supuesto el famoso Plan Director nos va a dejar por mucho tiempo un centro permanentemente «in restauro», con graves déficits e incomodidades.

Maximiliano Diego. El Adelanto 18 Noviembre 2012

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