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Entrado ya el siglo XXI parece que no es posible la marcha atrás en los logros alcanzados por la Enfermería en nuestro país. Leía en una revista hace unos días: “la enfermería española es una profesión universitaria regulada por Ley”. Creo que describe bien nuestra realidad actual. Una realidad, además, largo tiempo esperada cuya llegada debemos celebrar. Sin embargo, como una integrante más de este colectivo, me parece también procedente efectuar una pequeña crítica constructiva desde nuestra estrenada inclusión en el ámbito universitario. Tiene que ver con la frecuencia con la que olvidamos algunas de las pequeñas cosas que ya no resultan tan pequeñas si se miden sus efectos “a posteriori”. Son los actos menos normativizados, los que más dependen de la actitud personal o individual, pero que por acción o por omisión tanto repercuten en los cuidados. En esta ocasión me quiero referir a uno muy concreto. El nivel de ruido que acompaña y rodea , por los motivos que fueren, el discurrir de nuestra actividad en el Hospital. Dejando aparte la escasa o nula insonorización de algunas instalaciones ya obsoletas, ¿no opináis como yo que el parloteo fuera de lugar es excesivo, que tal vez no mostramos a los pacientes el respeto debido al no procurar el silencio que debe acompañar a su descanso y relajación? Es, por otra parte, un mal ejemplo el que damos a los familiares que actúan con la misma falta de previsión y consideración que pueden apreciar en sus visitas.
Es verdad que nuestro Hospital es viejo, pide a gritos otras estructuras, no sé si los responsables de estas decisiones, ya lo dudo, estarán por la labor de cambiarlas, pero el que ellos no hagan nada no disminuye nuestra responsabilidad como profesionales, nuevas universitarias, para que sigamos intentando una vez más con los recursos de que disponemos que no desciendan los niveles de calidad de los cuidados. El silencio es oro en muchas ocasiones en el Hospital. Debemos apostar por la excelencia en los cuidados en beneficio de los ciudadanos.

 

Clara Argüello.

Publicado en «El Adelanto», 16 Junio 2007

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