El Insalud, dicen, quiere modernizarse, ponerse al día. Para ello ha elaborado una especie de catecismo: el Plan Estratégico.
Este plan, de resonancias militares en su enunciado, es la guía a seguir para lenta, pero inexorablemente, alcanzar un sistema sanitario moderno y eficaz. Eso al menos es lo que dice el propio plan.
Es de entender que las discusio¬nes teóricas sobre el contenido y el alcance de documentos como éste resulten poco atractivos o, más aun, sean rechazados por la población; existiendo un acuerdo tácito en que se trata de temas de expertos, de políticos o en todo caso carentes de interés al no tener efectos directos y/o inmediatos sobre la población.
En parte así es, pero hay también una incapacidad de Administración, políticos y asociaciones en no saber hacer llegar a los interesados el contenido de estos asuntos en forma clara, grata y exponiendo su alcance real.
Una cosa hay que reconocer en esta ocasión, los publicistas del Insalud han sabido hacer su trabajo; el lema del plan, Mejorando lo que es de todos, llega al público e induce a pensar que el contando de un programa bajo este mensaje ha de ser necesariamente beneficioso para el común de los ciudadanos.
Como la vida misma, no todo es blanco o negro, hay tonos. Así, algunas medidas el Plan Estratégico pueden ser positivas y aprovecha¬bles, pero en general se aportan fórmulas ya ensayadas y fracasadas (en Gran Bretaña, por ejemplo): por otro lado -y más grave-, el excesivo liberalismo que lo impregna nos mueve a su rechazo. Algunos segui¬mos pensando que el mercado no puede ser quien marque las pautas y los límites de un bien público a proteger como es la salud.
Por eso en la asociación sanitaria a la que pertenezco (ADSP) también hemos acuñado otro mensaje sobre este Plan Estratégico: Privatizando lo que es de todos.
Miguel González Hierro. El Adelanto 13 junio de 1998