El maltrato a los ancianos puede presentarse de varias formas: maltrato físico (agresiones), psicológico (manipulación, intimidación, amenazas), negligencia física (no satisfacer las necesidades básicas del anciano), maltrato emocional o abandono (negación de afecto, aislamiento, incomunicación), abuso económico y abuso sexual.
Se trata de personas mayores que muchas veces transitan por los servicios sanitarios (urgencias, atención primaria, hospitalización…) con problemas graves de desnutrición, mala higiene, úlceras por presión, fracturas, etc. Con numerosos ingresos, pero sin que se identifiquen estos hallazgos como posibles signos de maltrato. Son las oportunidades perdidas.
Los estudios estiman que alrededor del 10% de las personas mayores de 65 años experimentan alguna forma de maltrato. Dado que los ancianos que sufren este tipo de abuso tienden a presentar tasas más altas de hospitalización y mortalidad, es fundamental que los profesionales sanitarios puedan identificar con precisión los casos de abuso.
Se han descrito una serie de “banderas rojas” que deben alertarnos de que un anciano podría estar sufriendo maltrato. Algunas de ellas son: caídas frecuentes, explicaciones familiares poco coherentes respecto al mecanismo de producción de las lesiones, retraso en solicitar asistencia, visitas reiteradas a los servicios de urgencias y hospitalización por motivos cambiantes, administración involuntaria de medicamentos, ausencia de respuesta ante tratamientos adecuados, mala evolución de las úlceras, desnutrición sin causa aparente, deshidratación, alteración del estado de ánimo, depresión, ansiedad, miedo o confusión.
Los puntos clave pasarían por una detección precoz y una acción coordinada. El maltrato en ancianos y en personas dependientes es una realidad compleja de abordar. Esto se debe, en parte, al desconocimiento sobre cómo identificar claramente las “Red Flags” y a la falta de información sobre el procedimiento adecuado a seguir en estos casos. Es crucial una intervención médica y social coordinada, así como la participación activa de las autoridades judiciales y de los servicios sociales, para implementar las medidas de apoyo necesarias que permitan la recuperación del estado de salud y la dignidad de estas personas.
Acceso a la infografia de la Sociedad Española de Medicina Interna sobre el maltrato a los ancianos.
Gloria Alonso